
Hoy me he comprado un llamador de ángeles, por si no lo sabéis es un colgante redondo que suena como una campanita, pero de una forma tan delicada y titilante que parece realmente algo especial. Es tan suave y delicado como el llanto, tan real como los corazones rotos, tan dulce como una mirada triste...
El que he escogido no era el mas grande, ni el mas bonito, sino todo lo contrario, era el mas pequeño, en lo pequeño está lo fantastico, lo increíble, la belleza...
Pero venía a contar otra cosa, el caso es que escuchando el llamador una profunda melancolía se ha apoderado de mi, me sentia sola sin saber porque, ese llamador, tan pequeño, con ese reflejo sobrenatural, al que da pena tapar, ese llamador es, en sí, una burla para el dolor, es vanidoso y parece querer decir, "a ti no te quiere, pero a mí me querría" y cuando te enfadas por esa burla, suena y te absorve, es como una droga... aparentemente tan inofensivo...
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