Por todas esas cosas que merecen ser contadas.

Por todas esas cosas que merecen ser contadas.
Por todas esas cosas que merecen ser contadas.

viernes, 3 de diciembre de 2010

una carta para ti

carta para ti:
Hola, hace mucho que no hablamos, ¿verdad?. No entiendo porque ¿qué ha cambiado?.
Es cierto, todo. Tú no eres el mismo, ni yo la misma, los parques en los que nos besamos e hicimos promesas han cambiado, por cambiar ha cambiado hasta tu voz. Es extraño, sé que tu voz ha cambiado porque la he oído, pero hace tanto que no me diriges la palabra, hace tanto que no me miras si me ves... Pensaba que era indiferencia total y absoluta, y tal vez lo fuera, pero ahora está ella... Puedes estar tranquilo, guardaré nuestros secretos, y también guardaré lo que queda de ese sentimiento, y mis lágrimas..., me gustaría guardarte mis lágrimas, pero son tantas... pero puedo guardarte el dolor, en realidad lo llevo puesto... Creo que debería ir terminando ya, hay muchas cosas como para escribirlas y temo acabar llorando. Sólo era decirte eso, eso y que te necesito, y que cuando decidas volver (si lo decides) yo estaré aquí, llorando en una esquina de mi cuarto, oyendo a ese cantante que ya sabes que tanto me gusta, echándote de menos con cada una de mis células... solo era eso, eso y el "te quiero" que te debía.

el llamador



Hoy me he comprado un llamador de ángeles, por si no lo sabéis es un colgante redondo que suena como una campanita, pero de una forma tan delicada y titilante que parece realmente algo especial. Es tan suave y delicado como el llanto, tan real como los corazones rotos, tan dulce como una mirada triste...
El que he escogido no era el mas grande, ni el mas bonito, sino todo lo contrario, era el mas pequeño, en lo pequeño está lo fantastico, lo increíble, la belleza...
Pero venía a contar otra cosa, el caso es que escuchando el llamador una profunda melancolía se ha apoderado de mi, me sentia sola sin saber porque, ese llamador, tan pequeño, con ese reflejo sobrenatural, al que da pena tapar, ese llamador es, en sí, una burla para el dolor, es vanidoso y parece querer decir, "a ti no te quiere, pero a mí me querría" y cuando te enfadas por esa burla, suena y te absorve, es como una droga... aparentemente tan inofensivo...